Este año se está produciendo una especie de «tormenta perfecta» en los mercados financieros mundiales: el dólar se está debilitando, los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense son elevados y la renta variable estadounidense se acerca a máximos históricos.
Teniendo esto en cuenta, los inversores podrían preguntarse: ¿seguirán los gestores de activos mundiales reequilibrando sus carteras y disminuyendo su fuerte sesgo hacia EE.UU.? y ¿continuará la lenta pero constante huida de capitales de EE.UU.?
En este caso, la reciente reanudación de las hostilidades en Oriente Medio lo dice todo: a diferencia de anteriores crisis en la región, ni los bonos del Tesoro estadounidense ni el dólar se han fortalecido. Tampoco es habitual que el dólar (DXY) y las acciones estadounidenses (S&P 500) caigan al mismo tiempo, como ha ocurrido este año.
Podría afirmarse que, tras invertir billones de dólares en activos estadounidenses durante los últimos cinco años, los inversores internacionales están empezando a reequilibrar sus carteras. Los títulos de deuda de los Estados Unidos son volátiles y el Tesoro de los EE.UU. se muestra débil; casi una parte de estos flujos se dirige hacia el oro, que ha seguido reforzándose.
Para muchos inversores, esta última dinámica será una sorpresa. El mercado inmobiliario estatal ha disfrutado de un crecimiento sostenido durante muchos años. (Ciertamente, aún quedan los mercados de 2000 y 2008 -y el breve estancamiento registrado durante la crisis de los años noventa-, pero aún quedan los plazos).
Para muchos inversores, esta última dinámica será una sorpresa.
Aquí el contraste es con otros mercados de renta variables en los que la historia del excepcionalismo de los Estados Unidos en las últimas dos décadas o más está ampliamente documentada. El índice japonés Nikkei, por ejemplo, ha tenido que esperar hasta 2024 para superar los máximos de 1989. En Europa, el Euro Stoxx 50 no se recuperó hasta el invierno pasado del máximo alcanzado en la primavera de 2000, antes de la era de las punto com. El índice MSCI All Country World ex-US rompió recientemente un rango de cotización que había persistido desde 2007.
Por lo tanto, no es de extrañar que EE.UU. represente casi dos tercios (65,3%) del MSCI ACWI a 31 de diciembre de 2024 (aunque el país sólo represente el 28,6% del PIB nominal mundial). Todo esto viene a decir que, aunque los inversores se están reequilibrando fuera de EE.UU., todavía puede quedar mucho camino por recorrer. En nuestra opinión, es probable que el dólar estadounidense tenga que seguir cayendo aunque no lo haga el mercado bursátil estadounidense.
En este contexto, creemos que los inversores pueden seguir buscando oportunidades fuera de Estados Unidos. Europa, por ejemplo, tiene más palancas de estímulo monetario y fiscal de las que tirar para generar crecimiento económico. Esto, combinado con unas valoraciones más atractivas, unas mejores expectativas de beneficios y un dólar más débil, hace posible, y quizá sísmica, una ruptura con el pasado. En nuestra opinión, la renta variable internacional parece hoy más atractiva que en ningún otro momento de los últimos 10 años.
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