No hace mucho, muchos escépticos consideraban a España, al igual que gran parte del sur de Europa, una economía estancada con perspectivas sombrías. Sin embargo, este año, el índice bursátil español IBEX 35 ha subido un 53 %. ¿Qué ha cambiado?
De 2008 a 2014, España se vio gravemente afectada por la crisis financiera mundial y la inestabilidad de la deuda pública. En 2014, el desempleo alcanzó el 27 %. (Para contextualizar, el pico de desempleo en Estados Unidos durante la Gran Depresión fue del 25 %). En respuesta, España implementó un programa de austeridad e introdujo nuevas reformas estructurales para abrir los mercados y crear un sector privado más dinámico e innovador.
No es solo el mercado el que ha tenido un buen desempeño últimamente; más bien, la bolsa refleja los beneficios de las reformas y los avances logrados en la economía. En 2024, España representó el 50% del crecimiento económico total de la Unión Europea. Reflexionemos sobre esto.
Desde 2020, la economía española ha crecido un 8%, mientras que el producto interior bruto alemán se ha mantenido estancado. España se endeuda a tipos más bajos que Francia. La rentabilidad de la deuda española a 10 años es actualmente del 3,11%, frente al 3,37% de la francesa. Reflexionen también sobre esto.
En 2024, España representó el 50% de todo el crecimiento económico de la Unión Europea.
La inmigración neta a España ha contribuido positivamente al crecimiento económico. La tasa de natalidad española es baja y el gobierno ha considerado la inmigración como una fuente de crecimiento. Desde 2021, más de un millón de trabajadores migrantes, a menudo procedentes de Latinoamérica, han encontrado trabajo, lo que refleja el 75 % del crecimiento del mercado laboral español. A diferencia del Reino Unido y otros países europeos, donde la afluencia de inmigrantes ha provocado un estancamiento salarial, España ha logrado aumentar tanto la migración como los salarios reales.
La ayuda a infraestructuras de la UE tras la COVID-19 también ha contribuido positivamente al crecimiento. Por ejemplo, España está construyendo un moderno sistema ferroviario de alta velocidad. El turismo se ha disparado en los últimos años, con un récord de 94 millones de visitantes en 2024, casi el doble de su población de 49 millones. Los servicios bancarios y financieros también han experimentado un sólido crecimiento. España está menos expuesta a los aranceles estadounidenses que otros países europeos, lo que supone un obstáculo menos que muchos de sus homólogos de la UE.
Una ventaja particular de España es el acceso a electricidad más barata, gracias en parte al auge de las energías renovables y en parte a su posición como centro de distribución de gas natural argelino. España está aprovechando esta ventaja de costes para invertir en la construcción de centros de datos de inteligencia artificial (IA). La reducción de los costes eléctricos debería contribuir a atraer nuevas fuentes de fabricación con el tiempo.
Sin embargo, a pesar de todas las buenas noticias, muchos españoles no están convencidos. El precio de la vivienda ha aumentado drásticamente y el turismo está saturando los destinos populares, lo que ha provocado protestas locales. Los niveles de deuda de España siguen siendo altos y el gobierno tiene dificultades para aprobar subidas de impuestos o recortes de gastos significativos. No obstante, aunque queda mucho por hacer, España ha avanzado mucho. En resumen, confiamos en el progreso logrado.
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