Geir Lode
La inteligencia artificial (IA) transformará la forma en que operan las empresas y, en muchos sectores, integrar la tecnología será esencial para la supervivencia. Las empresas reconocen que adoptar la IA, por ejemplo, optimizando sus cadenas de suministro, abre nuevas vías para impulsar la productividad. Al igual que ocurrió con internet y la nube, la IA se convertirá rápidamente en parte de la actividad habitual.
La verdadera monetización de la IA apenas ha comenzado.
Sin embargo, sabemos que actualmente se habla más que se actúa, y a menudo se habla de manera más optimista en los casos en que la rentabilidad actual se ve afectada. La verdadera monetización de la IA apenas ha comenzado. Prevemos que las mayores ganancias a corto plazo serán para las empresas, y no los consumidores, y buscamos planes creíbles para impulsar la eficiencia en lugar de empresas que adopten la palabra de moda de la IA sin identificar cómo se puede implementar esta tecnología.
Predecir qué empresas utilizarán la IA de forma más eficaz en los próximos diez años supone todo un reto, debido al rápido progreso en la innovación de la IA y al panorama en constante evolución de su regulación. La incertidumbre se ve agravada por el notable ritmo al que siguen expandiéndose los recursos informáticos, lo que impulsa las capacidades y aplicaciones de la IA. En 2023, la gran intensidad y escala del potencial de la IA ha impulsado un repunte de las acciones de equipos de IA, por ejemplo, proveedores especializados en semiconductores e infraestructuras. La pregunta entonces es cuándo y dónde se trasladará el repunte a las acciones de software.
Con la monetización en esas etapas iniciales y con las valoraciones de las empresas más directamente expuestas a la IA, es inevitable que los titulares se pregunten cuándo estallará la «burbuja». Esta es la trayectoria típica de una tecnología transformadora. Habrá errores, habrá bolsas de exuberancia irracional y, sin duda, el mercado en algún momento se alejará de estos valores por miedo en lugar de por fundamentales. Prevemos que 2024 será el año en el que veremos los primeros pasos hacia la implementación de la IA, lo que ayudará a hacer realidad lo anunciado.
Tendencias en Google: menciones de la IA generativa, diciembre de 2022 – noviembre de 2023
Bruce Duguid
La IA se está convirtiendo rápidamente en uno de los temas de inversión más importantes. Aunque la IA tiene potencial para impulsar una cuarta revolución industrial y está generando nuevas oportunidades sin precedentes para las empresas, introduce nuevos dilemas y riesgos éticos.
La necesidad de una IA ética se puso de relieve a principios de año, cuando más de mil investigadores y directivos pidieron que se parara lo que ellos describieron como una carrera armamentista «peligrosa» en el desarrollo de la IA. Más recientemente, una Cumbre de seguridad de la IA global inaugural, organizada por Reino Unido en Bletchley Park, trató de abordar los riesgos que plantea la IA fronteriza.
Los riesgos potenciales de la IA están bien documentados e incluyen información errónea, sesgos involuntarios, falta de transparencia o explicabilidad y alteraciones de la fuerza laboral. La urgencia por abordar estas preocupaciones ha llevado a una carrera global, aunque dividida, hacia nuevas regulaciones —desde la Ley de IA de la UE hasta el Reglamento sobre IA generativa de China—.
EOS lleva hablando con empresas sobre la IA desde 2018 y actualmente participa en más de sesenta objetivos y cuestiones relacionados con la IA. Nuestros Principios sobre los derechos digitales establecen nuestras expectativas para que las empresas informen sobre cómo funcionan los algoritmos de IA y qué variables se han tenido en cuenta, y que se permita a los usuarios decidir si estos deben dar forma a sus experiencias. También piden a las empresas que eliminen los prejuicios raciales, de género y de otro tipo no deseados. Gran parte de nuestro compromiso tiene como objetivo garantizar que las empresas establezcan principios éticos de gobernanza de la IA, que consideramos fundamentales para una mitigación de riesgos eficaz.
A medida que se acelere la implementación de la IA, esperamos que se haga más evidente la importancia de una gobernanza sólida de la IA.
En 2024, a medida que se acelere la implementación de la IA, esperamos que se haga más evidente la importancia de una gobernanza sólida de la IA. Las empresas comenzaron a enfrentarse a demandas legales e industriales en 2023 por cuestiones que iban desde las alteraciones provocadas en la fuerza laboral hasta los sesgos involuntarios y la información errónea. Es probable que esta tendencia continúe en 2024, al aumentar los casos de uso de la IA. Aunque los gobiernos van a intentar establecer un terreno común en materia de regulación, anticipamos que persistirán las diferencias regionales, dadas las prioridades contradictorias en materia de innovación y protección del usuario final. Por ello será esencial que las empresas que operan a nivel internacional se adhieran a altos estándares de ética en materia de IA y se autorregulen de forma que puedan mitigar el riesgo en distintas jurisdicciones.