¿Qué les depara el futuro a los mercados chinos?
Con el comienzo del Año Nuevo lunar chino y el año de la serpiente, los inversores se preguntan por el futuro de la renta variable china. En un principio, la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos se consideró una buena noticia para los mercados estadounidenses y un mal augurio para el gigante asiático. De hecho, el MSCI China Index cayó un 7% entre el anuncio de los resultados el 6 de noviembre y la investidura del presidente el 20 de enero, y el S&P subió un 1,4%1. Ya en 2016 observamos una reacción similar del mercado tras la primera victoria de Trump, que se saldó con la caída del MSCI China Index en un 1,1% y aupó al S&P 500 un 6,6%. Sin embargo, en 2017, el primer año de Trump en la Casa Blanca, los mercados de China repuntaron a pesar de las crecientes tensiones comerciales hasta alcanzar una rentabilidad del 54% que superaba al 22% registrado por el S&P 500.
Gráfico 1: ¿Puede repetirse la historia en 2025?
El año de la serpiente se presenta como un año volátil e incierto, ya que se espera que los desafíos externos se intensifiquen y los problemas internos, como la falta de demanda y la deflación, sigan siendo acuciantes.
¿Qué pueden esperar los inversores en la esfera política?
Gráfico 2: Estabilización del sector inmobiliario chino; los precios de la vivienda disminuyen tras el estímulo
Probablemente se siga manteniendo un entorno monetario moderadamente acomodado durante 2025. Se espera que el coeficiente de reserva obligatoria y los tipos de interés oficiales se reduzcan, e incluso puede que superen los recortes de 100 pb y 30 pb de 2024, respectivamente. En 2025, el ciclo crediticio está a punto de iniciar una nueva fase alcista; el crecimiento total de la financiación probablemente siga un patrón de «bajo-alto-bajo» a lo largo del año y el crecimiento del agregado monetario M1 (oferta monetaria) sería positivo por primera vez en años.
La principal prioridad económica en 2025 es la expansión integral de la demanda interna, y está previsto que se apliquen políticas centradas en mejorar los medios de subsistencia y promover el consumo. El mercado prevé un incremento de las medidas de estímulo centradas en el consumo, como la ampliación del programa de intercambio de electrodomésticos, los cupones o vales de consumo y el posible aumento del gasto en prestaciones sociales. Algunas de las iniciativas que se contemplan consisten en aumentar los ingresos de la población con rentas bajas y medias, las pensiones básicas de los jubilados y de las personas residentes en zonas rurales y urbanas, y las subvenciones financieras para la asistencia sanitaria.
La principal prioridad económica en 2025 es la expansión integral de la demanda interna, y está previsto que se apliquen políticas centradas en mejorar los medios de subsistencia y promover el consumo.
¿Qué pueden esperar los inversores del mercado?
Las autoridades chinas están adoptando ahora un enfoque directo en su último esfuerzo por reactivar el decaído mercado bursátil del país. El 22 de enero, la Comisión de Regulación de Valores de China (CSRC), el principal organismo de control de valores del país, el Ministerio de Finanzas y el Banco Popular de China (BPC) publicaron una serie de directrices para las instituciones financieras (especialmente aseguradoras y fondos de inversión) para fomentar las inversiones en el mercado bursátil. Mientras que los fondos de inversión deben aumentar sus participaciones en renta variable nacional al menos un 10% anual durante los próximos tres años, las grandes aseguradoras estatales deberán invertir el 30% de las primas de sus nuevas pólizas en acciones A de China a partir de 2025.
La paciencia tiene su recompensa
Los organismos reguladores y los responsables de las políticas de China están tratando de diseñar un modelo de rentabilidad para los accionistas similar al de Japón. Las medidas políticas, incluido un programa de financiación de recompra de acciones por valor de 300.000 millones de yuanes y las directrices que exigen a las empresas chinas mejorar las valoraciones y la rentabilidad de los accionistas, han ayudado a centrar la atención en las empresas de mayor rendimiento. Gracias a ello, los inversores ya no ven a China como una estrategia de crecimiento puro, sino como una clase de activos atractiva con rentabilidad por dividendos.
En 2024, las empresas chinas distribuyeron dividendos por un valor total sin precedentes de 2,4 billones de yuanes (329.700 millones de USD). Las recompras de acciones también aumentaron hasta un máximo histórico de 147.600 millones de yuanes el año pasado, de acuerdo con los datos de los organismos reguladores3. Por su parte, la rentabilidad por dividendo del 3% del mercado ha aumentado a su nivel más alto desde 2016. A pesar de la ralentización del mercado de valores y las persistentes preocupaciones económicas, este dato ha resultado atractivo para los inversores, ya que se sitúa muy por encima del 1,7% que pueden obtener con los bonos del Estado a 10 años. Este giro evidencia un cambio de mayor envergadura en la gobernanza corporativa, como el de Japón. Se espera que 310 empresas paguen dividendos por un total de más de 340.000 millones de yuanes en diciembre y enero. Es decir, el número de empresas se ha multiplicado por 9 y el importe de los dividendos por 7,6 en comparación con el mismo periodo del año anterior. Goldman Sachs estima que las empresas chinas que cotizan en bolsa dentro y fuera del país podrían devolver a sus accionistas un total de 3,5 billones de yuanes durante 2025, lo que supone un aumento de más del 17%.
Gráfico 3: Los rendimientos del mercado chino superan con creces a los bonos del Estado a diez años
For more information on China Equity.
1 Fuente: Bloomberg
2 «Semana Dorada» es el nombre con el que se conocen dos fiestas o días festivos distintos en China. El primero se produce a principios de año y se conoce más comúnmente como el Festival de Primavera o el Año Nuevo chino, mientras que el otro coincide con el Día Nacional de la República Popular China del 1 de octubre.
BD015311