El pionero matemático e informático británico Alan Turing predijo en 1950 que, a finales del siglo XX, el uso de las palabras y las opiniones formadas generales habría cambiado tanto que todos podríamos afirmar que «habrá máquinas que piensan por sí mismas sin esperar que nos contradigan».
Era un poco optimista en cuanto a la fecha, pero si nos basamos en la aparición de ChatGPT en 2022, la inteligencia artificial (IA) cambiará radicalmente la sociedad como la conocemos.
El mundo fue consciente del potencial de la IA el 30 de noviembre de 2022, cuando OpenAI lanzó una demostración de ChatGPT.
El chatbot se hizo viral en las redes sociales enseguida, a medida que los usuarios compartían ejemplos de lo que podía hacer. En cinco días, atrajo a más de un millón de usuarios. Al poco tiempo, aparecieron modelos de otras empresas, como Google y Meta.
El mundo fue consciente del potencial de la IA el 30 de noviembre de 2022, cuando OpenAI lanzó una demostración de ChatGPT.
Sin embargo, los avances de este tipo rara vez salen de la nada, sino que son el resultado de décadas de minuciosas investigaciones y desarrollo, y del respaldo de los inversores que ven su potencial.
Analicemos el momento de ChatGPT.
GPT de ChatGPT significa Generative Pre-Trained Transformers (transformadores generativos preentrenados). Los modelos GPT permiten que las aplicaciones creen texto y contenido similar al humano, y respondan a preguntas de forma natural, lo que se conoce como IA generativa.
Los modelos se basan en la arquitectura del transformador de aprendizaje profundo, que ya fue un gran avance cuando se presentó por primera vez en 2017.
La IA se está ganando el estatus de «tecnología de uso general»
Tras su gran impacto, la IA se considera cada vez más otra forma de «GPT» (del inglés general-purpose technologies, tecnologías de propósito general), un término acuñado por primera vez por el economista Robert Solow en los años 1980 que hace referencia a un conjunto de tecnologías con una amplia gama de aplicaciones.
Las GPT tienden a ser revolucionarias y a crear nuevas industrias y sectores, y pueden ocasionar cambios importantes en nuestra forma de vivir y trabajar, como ocurrió con la energía de vapor, la electricidad y los propios ordenadores.
Casos prácticos de innovación en la industria
El motor de combustión impulsado por vapor que anunciaba la era industrial redujo la dependencia de los recursos naturales y los animales que sufrieron la agricultura y la fabricación durante cientos de años.
La bombilla, el telégrafo, el teléfono, la radio, el motor eléctrico y la electrónica de consumo se crearon gracias a la electricidad, que impulsó una era tecnológica totalmente nueva y llenó las casas de neveras, lavadoras y comodidades antes inimaginables.
A medida que la era industrial dio paso a la era de la información, la invención de la World Wide Web por parte de Tim Berners-Lee a principios de la década de 1990, junto con la aparición de navegadores web fáciles de usar y redes en expansión, abrió las puertas del mundo digital.
Gracias a esta mejora de la accesibilidad, surgió una ola de cambio que allanó el camino para el ascenso de grandes empresas como Amazon en el comercio electrónico y Google en las búsquedas.
Mucho han cambiado todos los aspectos de nuestras vidas, como los viajes, las citas y el entretenimiento, desde que existe Internet.
Gran parte de dicho cambio se ha conseguido gracias al aumento exponencial de la capacidad informática, que puede procesar, analizar y aprender de los enormes volúmenes de datos que se generan en estas transacciones.
La IA es equiparable a la creación del microprocesador, el ordenador personal, Internet y el teléfono móvil. Industrias enteras se reorganizarán en torno a ella. Las empresas se distinguirán por lo bien que la utilicen.
La era de la IA
La IA promete llevar esta transformación de la sociedad mucho más allá. Los chips informáticos cada vez más potentes de empresas como Nvidia y la creciente disponibilidad del almacenamiento en la nube se combinan para permitir que enormes modelos de IA procesen, comprendan e interpreten ingentes cantidades de datos.
Las hazañas que antes eran inimaginables están ahora al alcance de la mano. Estamos cerca de llegar al punto en el que la IA pueda conducir vehículos de forma autónoma sin intervención humana, ayude a descubrir nuevos medicamentos para curar enfermedades e incluso detenga el declive de especies en peligro de extinción.
Bill Gates, fundador de Microsoft, cree que el desarrollo de la IA es equiparable a la creación del microprocesador, el ordenador personal, Internet y el teléfono móvil. Industrias enteras se reorganizarán en torno a ella. Las empresas se distinguirán por lo bien que la utilicen.
Por lo tanto, aunque la IA se haya desarrollado durante más de 70 años, hace poco que las oportunidades que presenta se han hecho visibles para la mayoría de las personas.
El McKinsey Institute cree que la IA generativa podría aumentar el PIB mundial hasta en 4,4 billones de USD al año2
Más que algo pasajero
La IA bien puede ser uno de los proyectos más grandes y ambiciosos de la humanidad, y, al igual que ocurre con cualquier otra GPT, va a generar nuevas industrias e impulsar el crecimiento en una serie de sectores. Independientemente del ámbito en el que operen, las empresas tendrán que cambiar su forma de trabajar, tal y como lo hicieron cuando llegó Internet, o arriesgarse a quedarse atrás.
Lo que está claro es que la IA no es una moda pasajera, sino un cambio trascendental con el potencial de impulsar significativamente el crecimiento económico, la innovación y la productividad.
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