Las ciencias de la vida abarcan todas las disciplinas científicas que estudian organismos vivos, como la biología, la bioquímica, la genética y la microbiología.
En ocasiones, esta se puede combinar con la biotecnología que, en el mundo de la inversión, destaca por su volatilidad.
En Federated Hermes, miramos más allá de los movimientos del mercado a corto plazo y observamos un potencial de inversión significativo a largo plazo entre las empresas que participan en la producción de fármacos biológicos.
A diferencia de los medicamentos sintetizados mediante procesos químicos, los productos biológicos pueden estar compuestos de azúcares, proteínas, ácidos nucleicos o combinaciones complejas de estas sustancias, o incluso pueden ser células o tejidos vivos. Estos medicamentos se obtienen a partir de una serie de fuentes naturales, que pueden ser humanas, animales o de microorganismos.1
Los complejos fármacos biológicos, que están adquiriendo un mayor protagonismo en las carteras de productos de las farmacéuticas, requieren técnicas de investigación y producción diferentes a las de los medicamentos convencionales. Vemos oportunidades entre una amplia gama de empresas expuestas a la producción, como las organizaciones de desarrollo y fabricación por contrato (CDMO, por sus siglas en inglés) y los productores de suministros y aprovisionamientos relacionados, así como fabricantes de herramientas y equipos especializados, que están expuestos a los trabajos de investigación y descubrimiento.
En este artículo, analizamos por qué invertir en el sector de ciencias de la vida —actualmente en el punto de mira de los cambios demográficos, los avances tecnológicos y las necesidades sociales— supone una oportunidad de inversión atractiva a largo plazo.
1. Los factores seculares de crecimiento se mantienen intactos
a) Crecimiento de la población
La población mundial se ha más que triplicado desde 1950 (aprox. 2.500 millones de personas) hasta alcanzar los 8.000 millones en noviembre de 2022. Según las Naciones Unidas, seremos 9.700 millones de personas en el mundo en 2050 y rondaremos los 10.400 millones a mediados de la década de 20802. Paralelamente, la esperanza de vida también va en aumento.
Este crecimiento demográfico, junto con una esperanza de vida mayor, implica un aumento de la clase media y una población envejecida considerable, lo que añade presión sobre los sistemas de salud, ya que las personas en edad avanzada requerirán un mayor gasto per cápita.
b) Mayor uso de herramientas y equipos
A día de hoy, el desarrollo de nuevos medicamentos requiere herramientas y equipos avanzados, lo que ha elevado el listón de las expectativas y los estándares de la industria.
Sin embargo, ahora que ya se han aprovechado las vías de investigación y desarrollo (I+D) menos costosas, las farmacéuticas deben incrementar la inversión en este ámbito para garantizar el éxito.
Así se recogió en el decimotercer informe anual de la serie de informes de Deloitte que miden la rentabilidad de la innovación farmacéutica Measuring the return from pharmaceutical innovation en el que se estimó que el coste medio de desarrollar un medicamento, incluidos los costes de fallos, aumentó de 1.986 millones de USD en 2021 a 2.284 millones de USD en 2022.
Si bien las grandes empresas farmacéuticas deben asumir mayores costes y una menor rentabilidad de sus inversiones en I+D, las empresas externas respaldan a las principales farmacéuticas más conocidas.
Estas empresas, que proporcionan las herramientas y los equipos necesarios para facilitar el proceso de desarrollo, están bien posicionadas para beneficiarse de la mayor demanda.
c) Sacar rédito de la revolución de los productos biológicos
Al aprovechar la revolución de los productos biológicos, las farmacéuticas pueden superar algunos de los obstáculos que plantean los altos costes de I+D, así como los escollos normativos, y abordar al mismo tiempo la mayor demanda de terapias innovadoras en una población mundial cada vez mayor y más envejecida.
Existen una serie de nuevas modalidades que ilustran el gran impacto de los productos biológicos en el sector.
Es el caso de, las vacunas de ARNm que han cambiado la forma de abordar las enfermedades infecciosas, como se ha visto con el rápido desarrollo de las vacunas contra la COVID-19 por parte de Moderna y BioNTech.
Las Genoterapias han logrado avances significativos en el tratamiento de trastornos genéticos que antes se consideraban incurables, mientras que los anticuerpos monoclonales desempeñan actualmente un papel crucial en los tratamientos oncológicos, puesto que brindan una terapia dirigida para el tratamiento de una serie de cánceres con altas tasas de éxito.
Estos ejemplos destacan el carácter dinámico y la rápida evolución de los productos biológicos, lo que pone de manifiesto el potencial del sector para terapias innovadoras, así como oportunidades de inversión sustanciales.
Miramos más allá de los movimientos del mercado a corto plazo y observamos un potencial de inversión significativo a largo plazo entre las empresas que participan en la producción de fármacos biológicos.
2) El sector se recupera conforme disminuyen los obstáculos existentes
Si bien el viraje hacia la producción de fármacos biológicos lleva en pie una década, una serie de dificultades afectaron al sector en 2023.
El aumento de los tipos de interés llevó a la extinción de la financiación de la biotecnología, la recesión en China provocó un colapso de la demanda en el país, los cambios en la Ley de Reducción de la Inflación de EE. UU. interrumpieron temporalmente el gasto farmacéutico y la «resaca» del gasto posterior a la COVID-19 aún coleaba.
Todos estos obstáculos actualmente están mermando:
- La financiación de la biotecnología volvió a registrar niveles históricos en el primer semestre de 2024;
- China está incentivando el sector, que constituye el eje del último plan quinquenal y una prioridad estratégica nacional;
- Los obstáculos derivados de la COVID-19 han desaparecido por completo;
- Las grandes farmacéuticas han aumentado de nuevo su gasto, ya que los efectos de la Ley de Reducción de la Inflación estadounidense son ahora más evidentes;
- La Ley de Bioseguridad también supone una clara ventaja para las empresas occidentales que participan en la cadena de valor.
Por otra parte, los desafíos se reducen y el sector repunta conforme se van aclarando estas cuestiones.
3) Una «explosión cámbrica» en la investigación y el desarrollo de fármacos
Durante la última década, los avances en potencia de computación y tecnología, así como de los conocimientos en biología, han dado lugar a la creación de ámbitos completamente nuevos en la investigación de fármacos.
Esto se ha traducido en una «explosión cámbrica» en el descubrimiento de medicamentos en fase inicial y en el aumento del uso de productos biológicos para tratar una serie de enfermedades y afecciones médicas.
A diferencia de los fármacos convencionales o de «molécula pequeña», los productos biológicos pueden destinarse a partes muy específicas del cuerpo, como ciertas células o proteínas, por lo que pueden tratar enfermedades con una mayor precisión.
Esta precisión, por supuesto, requiere de herramientas y equipos más avanzados, lo que supone una adecuada fuente de ingresos para las empresas que brindan acceso a estos materiales.
4) Efectos positivos en la sociedad
El sector de ciencias de la vida se ajusta correctamente a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
De hecho, la inversión en CDMO y fabricantes de equipos es crucial en la reducción de los costes de descubrimiento y producción de fármacos, en consonancia con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 3 de las Naciones Unidas: salud y bienestar.
Si bien la pandemia de COVID-19, además de otras crisis, ha impedido avanzar en la lucha contra enfermedades tratables, como la tuberculosis o la malaria, las empresas de diagnóstico emplean sus herramientas para abordar directamente estos retos de la sanidad pública, lo que contribuye al objetivo de la ONU de promover una «vida saludable para todos».
Los productos biológicos ya han tenido un gran impacto en el tratamiento del cáncer, trastornos inflamatorios e inmunológicos, y de enfermedades infecciosas. La investigación en el sector continúa profundizando en la comprensión de todas estas áreas, así como otras como la genoterapia.
Con el crecimiento y el envejecimiento de la población mundial, aumentará la presión sobre los sistemas de atención sanitaria, y consideramos que los productos biológicos constituyen una herramienta vital para afrontar este reto.
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